jueves, 21 de febrero de 2008

Weng Peijun, On the Wall


Esta fotografía pertenece a una serie llamada On the Wall, que habla de sueños, esperanzas, pero también de la confusión e inseguridad que experimentan actualmente las personas en China, frente al desenfrenado desarrollo urbano. Cada fotografía presenta a una joven, vestida con su uniforme escolar sentada en un muro frente a un inmenso horizonte urbanizado, que son ejemplo ya constante de "la ciudad moderna" china. El muro sirve de protección, no obstante la jovencita a violado dicho perímetro para contemplar la deslumbrante y amenazadora ciudad. Podemos apreciar varios estados del tiempo, en el que el espectador esta en un presente, mientras que el horizonte moderno se levanta hacia el futuro, mientras que la jovencita (que representa a la nación oriental) esta suspendida en una zona de trancisión.

Este artista, como muchos en China, cuestiona la rápida apertura ecónomica de su paìs, sobre todo en las implicaciones e impactos que tiene para la sociedad, que de la noche a la mañana pueden cambiar la bicicleta familiar, por un Mercedes Benz. No obstante, la gente aun no esta preparada para un estilo de vida "occidental", no saben qué hacer o de qué modo vivirlo. Si en occidente el consumismo es algo común y "controlado", en China se ha convertido en un medio de salvación y de diversión, sin otra razón más que el consumismo en sí. Así vemos a jovencitos que van a la escuela vestidos con ropa de boutique, tenis de las mejores marcas y teléfonos móviles de última generación, sin dejar de vivir en los "hutongs" o pequeños barrios chinos. La modernización y el consumismo no mejoran la vida de las personas en ningún lado, solo la hacen más holagada y llena de "cosas". Ahora bien, este problema responde a una falta de visión y desarrollo; no se puede decir que el gobierno carezca de ella, al contrario. Pero como individuos la gente pierde el rumbo ante la presión constante del trabajo y el estudio, sumando además la ola de modernización y adaptación al medio "capitalista". La gente no sabe a dónde va y por tanto no tiene idea clara de para qué son las cosas.

Así pues, la prosperidad económica nunca augura una commprensión clara de sus participantes y por consiguiente tiende a arrastrar a aquellos ingenuos o poco visionarios en la trampa más barata que se pueda mostrar. Y esto redunda en un precio que hay que pagar por el progreso, que occidente lo ha impuesto a sus individuos, quienes no han sentido el cambio tan brusco (siempre vivieron pagando), pero para los nuevos "asia - capitalistas" este cambio se yergue como una gran incertidumbre, tal como una megalópolis amenazando a una niña, que trata de cruzar el presente. Y aquí queda una pregunta para reflexionar, y no es si la nación esta decidida a saltar, mas bien es: ¿su pasado será lo suficientemente fuerte como para resistir el impacto del futuro?. Creo que 3500 años de historia y el tiempo nos lo harán saber.

Weng Peijun nació en 1961 en Hainan. Estudió en la Guangzhou Academy of Fine Arts (1985). Actualmente es profesor en la Universidad de Hainan, vive en Haikou. Participó con otros artistas chinos en la exposición "Felicidad Indecible", del Museo Tamayo Arte Contemporáneo en 2005.

Más información en: Weng Peijun

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